Jerez : arte & motos (caballos bailarines y bodegas)
donde los señoritos son señoritos bodegueros y donde el arte es mas arte, cuna del cante & del compas, hasta los caballos (que nacen negros y mueren blancos)
bailan & con la custodia de cienmil moteros que le van a poner al dos de mayo (el de los fusilamientos de goya) un aire de nostalgia blusera pensando en pappo !
donde el mediterraneo es atlantico, donde los langostinos son tigres y el fino es manzanilla, cuna de los toros de lata y de las dinastias del flamenco, ciudad sitiada por motoristass de todas las familias metalicas y en la vispera de rugido del gran premio.
“El toro de Osborne estampado en la guitarra, el viento rebelde, las gafas de Dylan en Before the flood, un corazón loco que se dobla y se rompe, la banda en pleno rodaje, entrenamiento en público, casi dos horas repletas de sorpresas, división de opiniones, el universo de Calamaro alejado de convencionalismos. No fue un “un grandes éxitos”. Lo mejor no salió en la tele, que interrumpió la retransmisión cuando Calamaro se adentraba en el tramo rocanrolero de la velada. La hinchada argentina cantó a pleno pulmón el extraño repertorio del cantante, que obvió piezas señeras y tiró por la calle en obras, en contraflecha. Calamaro estaba gracioso. Recuperó pasajes de sus célebres discos, desde Elvis está vivo (en Jerez), hasta la Mujer mundial, que prologó con un guiño a Led Zeppelin. Se arrancó por surrealistas quejíos flamencos, alteró piezas incluso recitándolas desde el atril, mentó a Valentino Rossi en Los aviones, excitó al personal con Estadio Azteca y se echó un cantecito stoniano con El Salmón. Sin respiro, Calamaro y los suyos enchampelaron un rock trepidante, pero necesitaron de casi una hora para calentar motores. Hasta que bajaron al infierno un poco y tomaron las curvas con fiereza y audacia. Antes, Andrés se mostró algo errático y sin gancho, suerte que enganchó la ola buena y la cosa se enderezó. Un clásico después del clásico. Goleada al hastío. Crímenes perfectos, Días distintos y la inédita Cuatro jinetes. “Al final todo sigue igual, al final todo cambia un poco, tengo el cerebro frito, tengo el cerebro roto”. Hubo gente que lloró con la postrera Paloma, obra de arte en continua evolución, y se asombró merced a Loco por ti, tema escrito por el gran Sergio Makaroff que grabó Calamaro en el 88. Jerez asistió a un concierto raro de Calamaro, que pasó de emularse a sí mismo.” EEAA (diario de cadiz)
http://www.elpais.com.uy/090503/pespec-414630/espectaculos/diez-anos-despues
http://www.elcomercioonline.com.ar/articulos/50027319-Andr%C3%A9s-Calamaro:-Convivo-con-mi-repertorio-sin-urgencias.html