SANTAFE
“¿Qué clase de rico sera quien no tenga, todo junto y en un solo puño, la psiquis y el latido de su pueblo? (Miguel Abuelo, Buen dia dia)”
Santa Fe fue el prologo perfecto para este flamante tramo de la gira ; volver a argentina, a los interiores argentinos, se siente y nosotros pusimos de nuestra parte para que aquello fuera un recital bueno bueno; hicimos un ensayo compacto durante la prueba de sonido para sumar hasta cuatro/cinco canciones al ultimo repertorio (Vigo), y asi reordenamos un set que, como es habitual, promedio las treinta canciones durante dos horas electricas ; anoche probamos con dos nuevas combinaciones de canciones ligadas : un estreno con un eighties vintage, y una de Rodríguez con otra grabada hace 25 años ; tambien promovimos el recambio de algunas canciones del disco nuevo, con “flor de samurai” que me agarro desprevenido sin encontrar el tono, la nota donde empezar a cantar …(caray) … nunca mejor dicho, fue “la nota” anecdotica, entre otras notas peculiares ; un respetable entregado, escuchando atento y estallando en el oceano de carne y feeling, el cumpleaños del comandante caramelo, que se estiro transoceanico entre vuelos intercontinentales y regionales para cumplimentarse celebrando la vida “on stage” ; quizas tambien podria sumar la fuerza simbolica de los veinte años desde mi “crash landing” (afortunado) en madrid para inventarnos los rodríguez, o en los diez años de el salmon ; preocupa un poco darse cuenta que casi cada dia es un aniversario abultado de alguna cosa, pero la vida esta para vivirla y anoche fue un momento de rimbombante gratitud (thank you lord) …
Dice mike tyson “tengo mucho amor para dar y muy poco para recibir” y algunos lo podemos entender al campeon reflexivo ; es imposible adivinar y compartir el sentimiento de la gente frente a nuestras canciones, en la solitaria escuchada o en los recitales ritualistas ; quizas haya que prestar mas atención a esta clase de realidades sutiles pero absolutamente reales, mucha gente respira emociones con la musica, encuentra en los textos pistas para explicar con palabras lo que vive, o laberintos poeticos de misterio donde apenas una palabra va a abrir un codigo para entender algo o instalarse en un nuevo estadio de la conciencia o la confusion ; sabemos que algo en las melodías y las armonias, en el canto y en la palabra, termina siendo un asunto de relativa importancia en la vida de los demas pero tambien lo olvidamos con frecuencia concentrados en nuestros propios mecanismos de musicos en vivo, tambien compartimos una i-realidad ambiental, una catarata de información insustancial que aparenta ser “lo que esta pasando” sin serlo en absoluto , incluso las mas legitimas preocupaciones nos distraen de lo que es la vida que termina convertida en aquello que ocurre mientras hacemos otras cosas… Terminamos de tocar envueltos en una satusfactoria euforia ambiente; el publico brindo (una vez mas) un espectáculo formidable, intenso, la dinamica del extasis y el canto, los brazos en alto y una nada disimulada alegria parecida a la felicidad , y todo eso llega al escenario en forma de cataratas de energia, es complicado permanecer peremable a semejante despliegue de good vibrations ; nuevos abrazos y catarsis camarada en los camarines, y la inspiración que sube en su dosis justa ; después el silencio se quiebra delicadamente por el piano de keith jarret como en un nirvana, las ideas llegan a travez de el sueño que no llega; estoy inspirado y quiero escribir una serie de ideas que en el “high” me parecen benditas y reveladoras ; jarret sigue girando , que oportuna la atención de maurice , que llego de rosario disco en mano ; me duermo cuando la oscuridad de la noche todavía me abriga. Puedo dormir hasta el mediodia y recuperar mis armonicos gastados por los viajes, los cantos y un catarro inevitable en estas primaveras tan londinenses ; un imprudente telefono me despierta a la nueve y media de la mañana para decirme que son las nueve y media de la mañana ; seguramente hay alguien que necesita despertarse a las nueve y media pero no soy yo, adivino maldiciendo que mi garganta suena a cucarachas cansadas sin el beneficio del descanso y el sueño, mitad despierto mitad dormido ya estoy haciendo planes para recuperar mis armonicos y llegar intacto a corrientes, dia por medio … intento seguir durmiendo … desayuno a las dos de la tarde con un café con leche, mis compañeros ya volaron hasta corrientes-taragüi, yo vuelvo a buenos aires ; en el aeropuerto (de santa fe)me encuentro con un historico cantante nuestro (que anoche cantaba tambien), claro que nos conocemos y nos sentamos a tomar un cortado, hablando de estudios asados, fonogramas y herencia … Yo me olvido por un momento de especular con mis virtudes vocales oxidadas ; subimos a un avion enano, donde apenas si entran las piernas (de uno) ; hace mucho ruido y de nuevo supongo que me equivoque de auriculares, los beat (de dr dre) son los auriculares de los futbolistas que prefieren concentrarse aislados del ruido del publico que los reclama; preferiria tener conmigo mis auriculares de silencio ; sirven para escuchar musica pero son perfectos para no escuchar nada ; el avion hace tanto ruido (es que viajamos a centímetros de una helice rabiosa) que el silencio seria balsamico … nunca encuentro un momento ideal para escuchar musica con headphones, sin embargo mi capsula de silencio habria sido util .. llego a buenos aires leyendo Barcelona y tomando un café como un contorsionista, buenos aires londontown, gris y fresca ; la panamericana todavía esta fluida a pesar de ser viernes a las seis de la tarde ; le pido una ultima vez suficiente dinamica a mi músculo cantor y me olvido del asunto hasta mañana.
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Una costumbre argentina
(Ignacio Andrés Amarillo)
Andrés Calamaro gusta de renovarse sin dejar de profundizar algunos procesos artísticos. Así, el show que brindó anoche en Unión fue distinto que el anterior. Si en el concierto del año pasado el lugar elegido fue un estadio abierto, aquí se optó por un espacio cerrado y más pequeño, al parecer una característica también en la gira española. Si en Gimnasia y Esgrima hubo declaraciones que saltaron a los medios por sus repercusiones políticas, aquí hubo un solista parco, que se dedicó más que nada a agradecer y presentar a sus músicos.
Y justamente, si en aquella presentación estuvieron Adrián Dárgelos y los Bueyes de la Bersuit, éste fue un concierto de banda: esa formación estable que se consolidó en la gira anterior y se cristalizó en “On The Rock”, el disco que vinieron a mostrar: una candidata segura a convertirse en “la banda definitiva” de la etapa solista del Salmón.
Y eso (sentirse nuevamente parte de una banda) es algo que a Calamaro evidentemente le gusta. Todo de negro, con vincha, gafas, chaleco y una camisa arremangada, encabeza una formación rockera (que está más ajustada que nunca), con tres guitarras cuando suma la suya.
Delegando los teclados en Tito Dávila, apoyándose en la batería del “Niño” José Bruno, Calamaro festeja permanentemente las intervenciones de sus guitarristas Julián Kanewsky y Diego García, quienes se alternan en solos (muy lucidos) y melodías. Y por supuesto también está el bajista Candy Caramelo, con su estampa de un Sid Vicious gitano, uno de los pilares en el armado del sonido Calamaro, en vivo y en estudio.
Sobre un escenario sobrio, sólo aderezado por una pantalla trasera que alternaba imágenes del show con clips alegóricos y el ya tradicional calamar que el cantante cuelga sobre su pie de micrófono, ofrecieron casi dos horas de música, alternando la novedad con esas canciones antológicas que todos esperaban escuchar.
El inicio
El concierto arrancó apenas pasadas las 21.30 con la nueva “Los divinos”, a la que siguió un cover habitual, “Jumpin’ Jack Flash” de The Rolling Stones (con cierta gestualidad a la Keith Richards en los rasguidos del solista sobre su Fender Telecaster) para engancharla con “El Salmón” y continuar la explosión del público con “Mi enfermedad”.
Después fue el turno de bajar un cambio con “Carnaval de Brasil”, una de las destacas de La Lengua Popular, acompañada por un clip en el que aparecen Cardinali y Jorge Lanata; tras ésta pasaría “Revolución turra”.
“Muy buenas noches Santa Fe, muchas gracias”, fue el primer saludo de la noche, respondido por el coro popular con un casi obvio “olé, olé olé olé, Andrés, Andrés”.
“Nunca es igual” arribó con su cadencia reggae, para ser enganchado con “Get Up, Stand Up” de Bob Marley. Tras “Más duele”, volvió la fuerza rockera con Output-Input (y su terrible frase: “Mejor hijo de puta conocido que boludo por conocer”) y la cadencia tropical de la reciente “Tres Marías”, hilada perfectamente con la legendaria y abuelística “Mil horas”, festejada por la masa y coreada con los habituales “aditamentos”.
Desamores
Tras el paso de “Comida china”, “Todos se van” y “Mi gin tonic” (con sus frases celebradas por la crítica), volvió la cumbia-rock sentimental (con cencerro incluido) de la mano de “Tuyo siempre”, una de las mejores canciones de amor/desamor del repertorio calamariano.
Ese fue el momento elegido por Andrés para presentar a la banda; cuando fue el turno de Caramelo la gente empezó a cantarle espontáneamente el “Feliz Cumpleaños”. Llegaría “All you need is pop” y un subidón con “Todavía una canción de amor”, tendencia que se acrecentó con “Me estás atrapando otra vez” de Los Rodríguez con un gran solo de Kanewsky.
Después del estreno local de “Flor de Samurai” (que estuvo a punto de darle nombre a “On The Rock”) regresó la nostalgia “rodriguera” con “Buena suerte y hasta luego”, para ser enganchada con una pianística y sutil reversión de “Costumbres argentinas”, el otro clásico calamariano de Los Abuelos de la Nada.
La explosión futbolera del “oh oohhh oh oohhh” tuvo su momento con “El perro”.
“Te quiero igual” se dejó caer por el repertorio, y con el ya habitual corito de cancha arribó “Los chicos”, acompañada por la proyección de imágenes de (entre otros) el Che Guevara, Piazzolla, Troilo, Miguel Abuelo, Federico Moura, Pappo (el más ovacionado) y el fallecido Rodríguez Julián Infante.
“Muchas gracias Santa Fe, me hacen sentir muy afortunado”, clamó el solista, antes de disparar “Alta suciedad” y de generar el éxtasis con “Paloma”.
El adiós
La despedida ficticia duró poco, azuzada por el “Andrelo no se va”. El reencuentro fue con “Estadio Azteca” y, tras un fragmento de “Los hermanos”, de Atahualpa Yupanqui, llegaría otro homenaje con la rocanrolera “Carolina” de Virus.
De ahí se pasó al dulce dolor de “Crímenes perfectos”, con su coreadísima, incluyendo aquella sentencia de que “todo lo que termina termina mal”.
“Hasta la victoria siempre, Patria o muerte”, fue una guevarista despedida, pero habría algo más: tras un fragmento de “Volver” de Gardel y Le Pera, sobre un colchón de teclados vendría la fiesta final con “Flaca”.
Después sólo sería el tiempo para los abrazos sonrientes con sus compañeros, unos últimos saludos con el puño en alto y sacándose las gafas en señal de empatía. El Salmón se iba, pronto para navegar otras aguas.
En la previa de su concierto de esta noche, el músico repasa distintos aspectos de su carrera y su actualidad.
(Ignacio Andrés Amarillo)
Andrés Calamaro se presentará esta noche desde las 21 en el estadio cubierto Ángel P. Malvicino del Club Atlético Unión, mostrando las canciones de su último disco, “On The Rock”, junto a sus clásicos de siempre.
Anticipando el concierto, El Litoral se contactó con el artista para conocer más sobre el show, el nuevo material, y mucho más.
—¿Por qué arrancar en Santa Fe la gira argentina?
—Es un día perfecto para proponer al pescado de río como herramienta para combatir el hambre y el Salmón como símbolo universal de la libertad. No elegí personalmente Santa Fe pero todos estamos ilusionados con volver.
—¿Cómo viviste la gira española?
—Fue muy intensa, un auténtico laboratorio de emociones.
—Los músicos con los que venís son los que grabaron el disco, y que ya venían tocando en la gira anterior. Seguramente esto les da un fogueo especial.
—Los músicos somos “nosotros”; somos la identidad del sonido. Es un combinado de virtuosismo y estilo, elementos fogueados en la experiencia del rock y del blues; propongo prestar especial atención al guión instrumental del recital del jueves (por esta noche). Formamos con Candy Caramelo en bajo, José Bruno, “el Niño”, en batería, Tito Dávila en teclados y los solistas: Julián K y Diego García en guitarras.
Entre amigos
—¿On The Rock nació a partir de canciones recuperadas? ¿Cómo es que a una canción que se descartó en un momento determinado se le encuentra el gustito tiempo después?
—Es que no son descartes. En los “80 me instalé mi primer estudio doméstico y empecé a realizar grabaciones que no serían parte de los discos; cuando viajé a España interrumpí mis actividades extracurriculares para formar parte de una historia de ensayos, giras y grabaciones, más tradicionalmente rockera; pero antes “Alta Suciedad” ya estaba grabando libremente, más allá de los repertorios para un disco; siempre llegué a las grabaciones con mucho para elegir; no son descartes si son 60 canciones o 200, es más de lo que un disco puede “soportar”.
“El Salmón” fue un disco que rompió con cualquier molde, y después seguimos escribiendo y grabando mucho, cientos de canciones que no integraban el repertorio de ningún disco… y la mayoría tienen alguna clase de interés o “gustito”: muchas son grabaciones irrepetibles, el gusto está en la grabación en sí misma, en aquel instante; pero otras tienen estructuras que perfectamente pueden revisitarse en estudio o en vivo.
—Te diste el gusto de trabajar con amigos que al mismo tiempo son artistas destacados, como Diego El Cigala, el Niño Josele, Vicentico o los Calle 13. ¿Cómo lo encaraste a cada uno para invitarlos a participar?
—A principio de año todavía pensábamos que “On the rock” era un disco de grupo y sala (local) de ensayo; el desfile de participaciones nos sorprendió un poco, pero terminamos aceptando la invasión de talentos; teníamos programado el featuring de Calle 13 pero todos los demás artistas colaboraron por química y amistad, con respeto y confianza.
—¿Cómo fue la experiencia junto a Pablo Lescano?
—Pablo es un capo, un líder; es el inventor del invento, de la cumbia suburbial y social; Argentina no tenía un género así, comparable con ciertos aspectos del hip-hop o la música brasileña; siempre seguí atentamente lo que Pablo hacia. Creo que nuestro encuentro era inevitable pero fue Pelo Aprile el motor de esta colaboración, ya teníamos terminado el disco cuando hicimos contacto y le mandé las pistas para que haga su propia versión libre y alternativa. Ahora mismo es un lujo escuchar juntos a Jerry González y Calle 13, o a Diego Cigala y Niño Josele, al Langui o a Enrique… Pero sigue siendo el disco del grupo, de la banda, de nosotros.
—¿Cómo se dio la onda para que Aníbal Fernández participe del video de “Tres Marías”?
—Tenemos confianza y diálogo con Aníbal, puedo escribirle e invitarlo a participar en un video; era importante garantizar un ámbito digno que respete la investidura democrática; pero (Claudio) Divella siempre va a encontrar el registro prudente y elegante.
Disco interminable
—Recientemente pusiste en descarga gratuita 18 canciones que se habían quedado afuera de “El Salmón”. ¿Por qué fueron desestimadas en aquel entonces?
—Es muy probable que algunas de estas grabaciones sean posteriores a las de “El Salmón”, no estoy seguro porque fue una selección “random”. Para “El Salmón” barajamos muchísimas grabaciones, seleccionamos más de 200 y finalmente trasladamos (volcamos) cerca de 150 para la posproducción en Pro-Tools (las grabaciones originales con cuatro canales grabados en cassette); no desestimamos ninguna, pero era imposible intentar terminar muchas más de cien porque son grabaciones que llevamos a posproducción digital y a una serie de controles de calidad (los normales de cualquier disco), algunas las grabamos de nuevo, a otras le agregamos instrumentos y otras están intactas…
Finalmente tuvimos que mezclar un promedio de diez canciones por día: eso, incluso con el Pro-Tools es casi imposible. Cuando “El Salmón” fue editado, hace 10 años exactos, ya atesorábamos cientos de grabaciones posteriores, entre versiones, experimentales y canciones; y seguimos con ese ritmo durante dos años o más.
—¿Hay más material de “El Salmón” aún en las sombras?
—Sí, claro. Perdimos la cuenta. Aquellas grabaciones eran cientos de canciones y experimentos, después seguimos grabando a un ritmo alto durante años hasta llegar a un número de canciones que no sabría precisar.
Es incalculable el repertorio oculto, pueden ser… quizás mil grabaciones perdidas y encontradas en la quinta dimensión.
La creación
—Tenés un tacto especial para crear personajes femeninos (“Paloma”, “Media Verónica”), como retratándoles el alma. ¿Te dicen algo las mujeres sobre eso?
—Media Verónica, en realidad, no es un personaje femenino, es un movimiento del torero frente al toro, una “suerte” con el capote. Paloma… ¿es un pájaro? La verdad es que nunca escribí sobre el interior de las mujeres, creí que estaba compaginando el texto social y político, con el interior y sensible, el texto canalla con el detalle poético.
—¿Hay algún hecho o emoción que nunca hayas podido llevar a una canción?
—Seguramente, pero tengo muy buenas ayudas… Escribí con Marcelo Scornik, “El Cuino”, y con Jorge Larrosa, que le dieron a mi repertorio una variedad y una hondura muy interesantes; muchas de mis mejores letras son de ellos.
—Desde la adolescencia hiciste canciones legendarias, e hiciste historia con tus diferentes proyectos musicales. ¿De dónde sacás las pilas para seguir en carrera?
—Todos nos bloqueamos frente a la hoja en blanco, pero entonces estoy concentrado en la interpretación, en las giras… Y eso, para mí, es una cuestión creativa e interpretativa que me exige mis mejores esfuerzos… Me siento un músico de rock, no voy a vivir esperando las próximas canciones.
—¿Qué gusto te queda por darte?
—Me di muchos gustos en la vida y espero seguir dándomelos; seguir haciendo giras por América y reinventándome en las grabaciones y en los conciertos.
ONLY YOU