Monterrey Rock
A veces un concierto se parece un poco a una (buena) faena; hoy el publico esperaba de pie ver lo que la banda (y el cantante) tienen para trasmitir; la distancia, la quietud, los desplantes, lo verdadero, lo pasajero… el rock torero!
Entonces el concierto va cuajando en el albero del publico y el callejón de los musicos ; muchas pequeñas grandes cosas ocurren en un recital; con las gentes o las permanentes variaciones de rock en las canciones, el discurso vocal y poderosamente instrumental .. Pero es cuando termina la faena (lo cierto es que estos espectaculos presuntamente eternos duran dos horas, mas alla de que otra cosa es mirar a los ojos a la eternidad) y cuando el respetable declara la nota con silencio, silbido, apluausos, standin ovation, vuelta al ruedo, dos orejas y a salir de hombros tras bastidores.
Llegamos y vinimos honrados de tocar en monterrey, para la buena gente … buena gente hay en todos lados, pero aca escucharon cada detalle para vibrar un ole ! , que es un brindis under the borderline, con la cerveza en alto, y premiarnos con el mas impresionante aplauso que jamas haya visto yo en show alguno, y mira que tengo vistos …
Si, Monterrey querido ; entre todos nos pulimos un verdadero concierto del rock muy bueno … con la cadencia de union tensa que rompe cuando el arte asoma a la eternidad de la muerte … Pero sin toros ni tiros !!
(otra vez sera)
Muchas Gracias.
Un afectuoso saludo. (aguantemonterrey)
….. estremecio a los regios !
Andrés Calamaro es simple y, en esa sencillez, radica su esencia, esa misma que es indestructible, incomparable y hasta embriagante.
El ‘Salmón’ es amo de la poesía rockanrollera. No ocupa grandes producciones para deleitar paladares exigentes. Andrés es un capo y Monterrey no tardó nada en rendirse a sus pies.
Genio, figura, el músico argentino se adapta perfecto al cambio global sin modificar en lo más mínimo esa cualidad acústica que lo ha acompañado a lo largo de su carrera.
Calamaro hizo vibrar el Auditorio Banamex. Los 3 mil asistentes (cifra oficial), pasaron de un polo acelerado a uno electrizante, sin pausas, y de regreso. Los cambios melódicos, de una rápida tocada de guitarra, al lento transitar una balada, siempre a su estilo.
Hombre de pocas palabras si no existe música a sus espaldas, Andrés agradecía la efusividad de sus súbditos con continuas reverencias, mismas que desataron un clímax total cuando sacó la bandera nacional, ondeándola entre sus manos, mientras evocaba al maestro, José Alfredo Jiménez.
Antes, exhibió lo mejor de su repertorio. “Jumping Jack Flash” y “Los Divinos”, fueron el par de dardos que abrieron la velada en la Sultana del Norte. 20:55 horas marcaba el reloj cuando Andrés comenzó a arrancar suspiros y vítores, siempre acompañado de sus tradicionales gafas obscuras.
“Carnaval”, “Revolución Turra”, le siguieron, siempre con un constante griterío del respetable, que explotó más y más, a medida que la sinfonía del Salmón continuaba su curso.
Y apareció la festejada “Sin Documentos”, seguida por “Out Put In Put”. ¿Y la cumbia, papá? Andresito no la podía dejar fuera, un sacrilegio que ni el mismo bonarense podía haberse perdonado.
“Tres Marías”, fue la elegida, acompañada de su mismo vídeo, para arrancar con el momento ‘cumbianchero’ del Salmón.
¿Hambre? El músico se entregó posteriormente a un frenesí de “Comida China”, la cual fue acompañado por una “Flor Samurai” y “Todavía”, para cerrar con la balada “Me Estás Atrapando Otra Vez” y “Buena Suerte”.
Aunque quiso ponerse a tono con los festejos del Centenario de la Revolución, Andrés gritó equivocadamente sentirse “muy honrado y privilegiado por los 200 años de la Revolución Mexicana”.
Pero los parroquianos de Calamaro son tan fieles que hicieron caso omiso al error y hasta se lo aplaudieron. Sólo así podría describirse lo que fue, es y será Andresito.
(gerardo suarez)
http://www.record.com.mx/circo/2010-11-06/calamaro-estremecio-los-regios