Todas las flores del Paraguay
Hoy todo se presentaba bien en Asuncion desde la prueba de sonido.
“Desconfio” de los soundcheck inspirados (porque me gusta guardar el feeling y la inspiracion para el recital propiamente) pero percibimos la aparicion del duende e hicimos todo lo posible para que el “espiritu inquieto” (que explica Federico Garcia Lorca) se quede en el court central del Yatch Club.
Venir a Paraguay siempre es interesante y emotivo, no es la primera vez que vengo y siempre encuentro algo distinto, nuevo y mejor.
Hoy amanecio diafano y perfecto para la practica del rock en vivo, y al aire libre. Probamos sonido con un viento agradable, y tocamos con la luna comandando desde el cielo.
La apertura con repertorio de Los Rodriguez fue recibida con estruendo, con generosos aplausos de dinamita.
Despues presentamos canciones del “Bohemio”, escuchadas con respeto y entusiasmo por un publico masivo, que cubre todo el arco posible de publicos posibles. Muchos vienen a reconocerse en los exitos (que por suerte existen, resisten y se multiplican); y adivinamos que esto tenia que estallar con la secuencia de greatest hits. Mea culpa.
Dias Distintos ofrecio imagenes del arte grande de Morante, Jose Tomas, Talavante y Manzanares. Grandisimos toreros artistas que nos honramos en llevar a cada rincon de America. Carnaval de Brasil saludo a Lou Reed desde las inmortales estrofas de Walk on the Wild Side, que cantamos. Y crei oportuno contarle a los mas jovenes o inexpertos quien fue Lou Reed, su impronta poetica de Rey de NYC. Fue saludado con aplausos por todo lo alto. Pasamos por los Rodriguez y por los Rolling Stones; tocamos en el registro Bitches Brew, con aires de Spectrum, de Billy Cobham, ocasion para desplegar el talento individual de mis compañeros de cuadrilla.
Todos elevamos una plegaria de redencion y salud para Charly Garcia, informados de su episodio en Bogota, gritandole “Cui-de-se, Charly, cuidese” … Estadio Azteca, con una estupenda intro de German; Te quiero Igual, El Salmon, Sin Documentos y Flaca (con introito de Gardel y Le Pera) levantaron la temperatura y las emociones; para llegar a Paloma, coral y extraordinaria en su fusion de publico en extasis con musicos ya vacios. Era la cancion 23+1 si contamos la interesante Jam Session instrumental, que nos dejo a todos con ganas de llenar los pulmones de humo sabio. Saludamos la lucha del pueblo paraguayo, quizas ajenos -pero nunca ingenuos- frente a la palabra del pueblo que reclama por sus necesidades de justicia.
Seguramente me este olvidando de detalles de complicidad, emocion y creacion espontanea, algun parrafo o algun invento “sobre la marcha”; cambio de letras, frases inadecuadas y todo lo contrario.
La escala de richter registraba aplausometro de hasta siete y medio grados, cuando arrancamos con Paloma, que quiso el pueblo y quiso el destino, se haya convertido en lo que es. Una cancion que nadie penso como radioformula y termino convertida en obligado rito ceremonial de gratitud, en un simbolo mismo de la identidad que tantos compartimos durante dos horas o cinco minutos.
Me despidio un aplauso interminable, luz en el publico para mirar hasta el utlimo aplauso, con los brazos en alto y muecas de emocion y alegria; todo lo que mis sentidos pudieron registrar cinco mil veces. O la que sea la cantidad de gentes que dieron presente la noche de esta noche.
Fue muy emocionante enfrentarse al afecto del publico joven del Paraguay, y de aquellos menos jovenes que tambien estamos …
Volvimos para la descarga de Alta Suciedad y Los Chicos, y desbordaron las imagenes de los “amigos ausentes” …. y me di vuelta, de espaldas al publico, para cantar mirando a los Ojos de Miguel, de Polo, de Pappo, de Pugliese, Piazzola, Spinetta y toda la “lista de amigos” que nos acompaña siempre. Cantar tambien para ellos.
Cantamos los versos de “Musica Ligera” y todo termino de venirse abajo, en el mas bendito de los sentidos. El aplauso era un abrazo de magma que mira al centro del corazon de America, cada par de brazos en alto saludando todos esos codigos que desplegamos en dos horas, el arte de los musicos (dentro de los cuales me incluyo), los detalles y las grandes cosas.
Todo era emocion cuando aprete los puños para no derramar lagrimas en publico porque me da vergüenza y nunca me pasa. Escondi mi rostro entre las manos como un musulman, despues de sostener la bandera Paraguaya (con Mariano) y besar este suelo.
Nos habiamos abrazado fuerte con los compañeros despues del acorde final, y la emocion era mucha. Estamos terminando un año de luces y sombras, como los años de todo el mundo y del mundo. Es la recta final hacia el siete de diciembre que sera la ultima fecha de este año.
Empezamos ensayando en febrero y terminamos en diciembre. Cantamos en la frontera sur del mundo (Tierra del Fuego) y el limite norteño de America Latina, en Monterrey.
Estamos cansados y con ganas de seguir, y tambien de respirar.
Esos largos segundos aguantando con pudor masculino las lagrimas de un varon que se siente muy agradecido. Con todos mis compañeros que son muchos y viven los recitales con identica responsabilidad, participando todos. Con el publico americano que hoy, de nuevo, se mostro generoso frente a nuestro deseo de brindar siempre el mejor recital de nuestra vida.
A estas horas pierdo la memoria, pero todavia no consigo sacrtme los borsegos y el pantalon negro, mi traje de torero veterano en estos ruedos. Hombres de negro con suficientes motivos para vestir de luto y celebrar la musica y la vida.
Vivir dos veces … una vida diferente cada dia.
Ocurrio hoy.
En el Paraguay.