Tertulias a toro pasado

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Tertulias a toro pasado

Tertulias a toro pasado

“La patria es un dolor que no sabe su nombre”
Leopoldo Marechal

RR: Permíteme que termine de leer el articulo de Javier Reverte en La Tercera.
FCH: En defensa de las cosas buenas de España te encuentro leyendo el ABC, un periódico honesto en su línea de pensamiento.
RR: ….
FCH: Lea nomas.
RR: Pues eso, lo dicho por Reverte: La patria es un concepto que supera la paz y la concordia.
FCH: Como concepto relativo a la historia o a la no historia, a los orgullos, a las generaciones hormonales, a una genética sin necesidad alguna, a reclamar por lo que ya conquistamos sin hacer demasiado esfuerzo … es un gasto inútil de energías. Escurrimbre de memoria.
RR: Estamos con dos frentes abiertos, es aconsejable opinar a toro pasado, aunque si existen las tertulias es para decirlo todo con el único compromiso de razonar y perder la mirada en el giste, suputar las palabras como forma y contenido del tiempo envuelto en la seda del dialogo amigable.
RR: Argentina. Con poco menos de un mes por delante para saborear una definición que podría sentar divisionismo y alimentar esperanzas mas cercanas a la revancha que a la esperanza en si misma, que es un concepto relativo a la fe que, no por poco respetable, se me antoja inconveniente para ir regalando, permíteme la redundancia, gratuitamente.
FCH: Y España. Que se enfrenta a la ceniza de su mayo del 68, como si el mayo francés fuera algo mas que un lejano rebote temoso y perdido en la acústica de un galpón de desencuentros históricos y traiciones, desarraigos, torrentes de sangre y la conquista de la desigualdad.
RR: Creo que entiendo hacia donde vas. Estamos viviendo una vida austera y cultural que nos permite gozar de las pequeñas cosas, y queremos que sigan existiendo. Si el deseo de independencia tuviera alguna relación con otras tendencias propias de estos tiempos, no tendríamos mas remedio que permitirnos un margen de duda y defender lo que consideramos un conjunto pacifico y diverso como principio de libertad.
FCH: Considerando que pasaron cuarenta años de la dictadura, que los poderes se presentan independientes, que el rey demerito fue a cazar osos pardos a Polonia y no a derramar sangre autonómica o como quiera considerarse a la sangre que, para gustos los colores, es roja incluso la azul.
RR: Sin refitolear, el reclamo soberanista es flébil; si pensamos en las islas Malvinas, que es el retro-virus que sirve como experimento en esta cordial conversación de nosotros: desde Buenos Aires se reclama la soberanía de unas islas que se consideran colonia o provincia y no quieren cambiar de pasaporte, por lo menos sus habitantes. Las islas no se han pronunciado mas allá de la territorialidad marítima que es un acuerdo abstracto como lo es una bandera.
FCH: Cierto que mas allá de la idea “sagrada” del territorio, los habitantes de las islas se consideran “nacionales” así como están. Se sienten isleños de identidad, británicos en el medio del mar como recordatorio de las antiguas flotas imperiales, o tranquilos ovejeros transitando una existencia que no quieren acoplar a la dinámica de la nación argentina.
RR: Ni siquiera quieren ver nuestra televisión, ni escuchar nuestras radios. Y me cuesta imaginar en que consiste el ocio en tierras tan lejanas.
FCH: No sabría decirte si es el caso opuesto al de la tendencia secesionista catalana o todo lo contrario, pero para adornar el asunto de la identidad nacional debería incorporar a los hippies argentinos viviendo en Barcelona y reclamando por la independencia de una porción de España que consideran una nación, en el mejor de los casos, adoptiva.
RR: Tendría gracias si, sometidos a los vaivenes del destino, estos argentinos fueran desterrados por gobiernos autónomos de signos populistas extremos.
FCH: Ahora mismo puedo imaginarme un gobierno autónomo musulmán moderado según el transcurrir de generaciones de migrantes con capacidad ciudadana, el auge o el fracaso de la moda anti sistemas llevada a los extremos inquisitoriales que tanto parecen gustar entre una clase media que ni pestañea si mueren cientos de migrantes ahogados pero afina su instinto caníbal en defensa de animales que, sin pudor alguno, adoptan como mascotas para castrar y tenerles encerradas.
RR: También se sacan fotos con las mascotas en la cama, ayer mismo vi a un adulto europeo chupando a un siamés y compartiendo la foto con cientos de miles de personas.
FCH: Es un poco incorrecto decirlo, pero la identidad sexual de las gentes está (en proporciones desmedidas) a la deriva de tradiciones que, bien implementadas, ofrecen placeres y la consagración del santo grial de los últimos siglos, que es el amor en su forma física y sentimental.
RR: Una concreción saludable de la convivencia en forma de sexo habitual y respetuoso, pasionario y periódico. La autentica sal de la vida.
FCH: Hay sal que no sala y azúcar que no engorda, pero a demasiada gente parece importarle mas una interpretación virginal y delirante de la vida, que la solidaridad bien entendida o una existencia tranquila, amorosamente placentera, tanto con uno mismo como con los demás.
RR: Así los demás sean una sola persona o la sociedad entera.
FCH: La intolerancia es como la intolerancia a la lactosa pero voluntaria. Este tiempo supura intolerancias y me encuentro saturado de intolerancia, que no es mas que debilidad y falta total de principios, aunque se presente como fuertes convicciones y una ética consistente.
RR: Intolerancia al sexo opuesto, intolerancia a la libertad de las personas, intolerancia a la cultura en un afán histérico de etiquetar las artes y la expresión humana como aceptable o no.
FCH: Si es que normalmente celebramos lo distinto, lo incorrecto, el placer por el placer mismo, el arte que no entendemos en su status de vanguardia o … un lugar adonde todavía no llegamos porque no encontramos el mapa que nos lleve, o no sabemos interpretar mapas. O esta guardado en una cofre bajo llave y la llave esta en el clítoris del mundo.
RR: Si
FCH: ….
RR y FCH (juntos a la par): Caramba!