A Corunha
5 de junio:
Espléndido concierto anoche en la Opera de A Corunha. Sencillamente agradable, profundo, emotivo e inolvidable recital. Hubo espacio y tiempo para mucho y casi todo; arrancar con las palabras para Cassius y los marineros (que fueron dichas dos veces), enhebrar La Libertad y Zamba de mi Esperanza, explicar la trenza que anuda a los grandes protagonistas de nuestro impasse de tangos, cantar con dinámica intima, ofrecer lo mejor del trío que estaba francamente sembrado. Incluso cambiar la camisa suertuda por otra con motivos oportunos de anclas sobre fondo celeste. Caramba! Si el publico se puso de pie para aplaudir antes de terminar el concierto y volvimos hasta por dos veces para hacer mas canciones, terminamos con El Tercio de los Sueños (como es habitual) con su habitual defensa de las libertad taurina y dedicada a El Pana Rodriguez, Jose María Manzanares y Alberto Lopez Simón. Anoche fue un concierto de puras buenas sensaciones en el escenario con gran despliegue musical del trío y objeto de muchas simpatías del publico que se presentó numeroso y generoso, sensible y profundo. Empezamos con las palabras para despedir al gran campeón: me confieso sensible después de ver la magnitud del golfo desde lo algo del cerro, es que Corunha cuando brilla el sol es un escenario formidable. Sentí la inmensidad del cielo y me acongojé adivinando el espacio que queda para recibir mas gente, pero prefiero olvidar la cuestión, y fue posible anoche (aquello de olvidar a tiempo) cuando subimos al espléndido escenario de la Opera de Corunha. Todo el recital fue una magnifica carta de navegación entre lo sutil y lo profundo, el compás dijo presente en cada una de las canciones y nos estrenamos con Media Verónica en donde también estrenamos instrumento, la melódica negra. Hasta dos veces leí el texto que había escrito un minuto antes de salir del hotel al teatro. La primera a modo de introducción y la segunda en un momento mas reposado del escenario, interpretando mejor aquello escrito. “Y en el monte de San Pedro sentí que la melancolía me agarraba el pecho con suavidad y fuerza, porque un mismo dios para ateos y creyentes recibe en su gloria a un ángel negro que lucho por la libertad con los puños … Y los luchadores negros -como los marineros gallegos- conocen la libertad realmente … Bob Dylan dijo “ya no creo en negros y blancos, en ricos o en pobres, creo en arriba y abajo, y abajo esta muy cerca del suelo” Y allá arriba (yo) pensaba que si alguien sabe lo que es abajo, ese es un boxeador o un naufrago marinero … Y pensé que ese dios único que nos espera a todos con mayor o menor paciencia, tiene demasiado espacio en ese gran todo que no es arriba ni abajo, que probablemente sea la gran nada. Y nos espera y nos desespera todo el espacio que tiene en ese mar profundo que recibe en su gloria a Muhammad Ali, nacido como Cassius Clay.” Todo fue una sostenida lluvia de sensibilidad con gotas de incorrección política entre las canciones, apelando al humor sanador, una medicina formidable. Fui obsequiado con un bonito arreglo floral, cante sobre elegantes alfombras de tipo persa, el cambio de vestuario no interrumpió la buenísima marcha de esta gira que se me antoja de las mejores que hayamos ofrecido en todos estos años de gente y de canciones, de rock y sensaciones arriba y abajo del escenario. Confieso haber pulsado los limites de lo prudente en materia de “lo dicho” pero haberlo equilibrado con generosas dosis de música y canto desde esta garganta y las manos de mis compañeros. Ahora me desayuno con mate y proteínas, esta misma tarde volvemos a Madrid con la sensación de haber cumplido como caballeros de la música y las canciones evolutivas. Es divicil decirlo porque son 25 años cantando en Galicia pero es muy posible que este triunfo absoluto de ayer en Corunha nos haya encontrado en nuestro mejor momento, con pasión por lo que hacemos, ofreciendo lo sutil de lo profundo y lo profundo de lo sutil, en el encantamiento de un publico que aplaudía a rabiar y ofreciendo “conocimiento profundo” (sic) por nuestra música popular en el tejido de texto y canción que acompañó el fragmento de tango y canción argentina.