Hasta la vista, Casto.
Quiero rendir un homenaje a Casto y el bar El Palentino de Madrid Malasaña. Es, para siempre, un pedazo de vida … Hace 27 años llegué a Madrid y poco tiempo después era vecino de este, el último bar auténtico de Madrid, atendido por sus dueños y sirviendo sin discriminar a los artistas, los yonquis, los chulos y sus putas tristes, los magrebies con cicatrices … Todos nos encontrabamos en El Palentino cuando Malasaña era la de Kike Turmix, Julián Infante, Guille Martín, Santi Agapo y Manu Chao, que también desayunaba en el Palentino. Los mejores jugos de naranja exprimidos, las gruesas tostadas con mermelada, el buen café, los mixtos y los vegetales, el sol y sombra para el desayunos de los campeones. Alguna vez fué Moises el que saltó, con inédita agilidad, la barra para sacudir a un musulmán fuera de sitio que me estaba incomodando y buscaba roña … El Palentino y yo … un pedazo de la vida mia. Siempre vuelvo y voy a seguir volviendo a este testigo de la linda Malasaña de los noventa. Hoy me desperté para enterarme que Casto dejó este mundo para encontrarse con Moises en el cielo de Palencia y de Madrid: cielo hay uno solo … Amistad, respeto y gratitud por el afecto y la paciencia de Los Palentinos que fueron mi bar habitual durante muchos años, además de vecinos. Limpiaron mis vómitos sin hacer ningún comentario ni amonestarme, cuelga en aquellas paredes un cuadro con la portada de Honestidad Brutal (donde doy las gracias al Palentino entre los agradecimientos del disco) dedicado y firmado … El Palentino inspiró películas y hoy toca preguntarse si con Casto no termina una dinastia de bares buenos en Madrid … La amistad, los desayunos, la tolerancia y la vida misma, son testigos del amor que sentimos por el Palentino aquellos que tuvimos la fortuna de vivir cerca de semejante pedazo de bar bueno … QEPD CASTO …
