1500 pesetas y Bajar un cambio

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1500 pesetas y Bajar un cambio

Tertulias: 1.500 pesetas

 

RR Este disco es de la época de las pesetas …

FCH: Que tiempos aquellos cuando existían … los discos.

RR: ¿Cuándo pague 1.500 pelas por este álbum de Electric Flag? Ya no tengo memoria económica.

FCH: Caramba, menos mal …

RR: Si pudiéramos recordar cada detalle inflacionario, los cambios y depresiones de las monedas … Y las tiendas rebosantes de discos y variedad musical.

FCH: Urgente intervención de la memoria selectiva.

RR: De cajón!

FCH: …

RR: ….

FCH: Estaría echando de menos el mismo disco de siempre.

RR: Ya te veo, de un disco a otro sin encontrar el ideal para esta hora …  Este ultimo era una verdadera reliquia, de cuando los discos informaban que un álbum en estéreo perfectamente podía escucharse en el tocadiscos monoaural.

FCH: Pero volvemos a los años cincuenta.

RR: Suenan mejor. Los sesenta son (como) una vuelta a la infancia en las grabaciones. Y al mismo tiempo se abre una nueva serie de grabaciones vanguardistas y populares que terminan en algo teóricamente interesante.

FCH: No soy adicto a los sonidos de los sesenta, también pienso que en los cincuenta había una claridad de conceptos que llegaba cristalina al “tape”, a las grabaciones transparentes pero firmes. Todo en su lugar.

RR: Este salto hacia atrás en el tiempo, de We Want Miles, grabado en directo en 1981 a las grabaciones de Prestigio, grabadas treinta años antes …  Caramba.

FCH: Tiene merito la “durabilidad” de Davis, y por supuesto su personalidad siempre impresa en cada nota, su carisma. Pero el transito de los años cincuenta es formidable y nunca me voy a cansar de desayunarme con este álbum.

RR: Encuentra su sitio inmortal en la balada modal de Kind Of Blue …  En estas grabaciones, cinco años anteriores, transita un blues elegante ya fuera del perímetro del Be Bop.

FCH: ¿Cual era el disco de las 1.500 pesetas?

RR: Electric Flag, con Buddy Miles y Michael Bloomfield.

FCH: Oh, el ángel de la Les Paul. Creo que lo mejor que vi (y escuche) de la “Bandera Eléctrica” es un outake (luego editado, pero muchos años después y en una edición bastante rara) de Festival Monterrey, aquel que consagra a Hendrix, Janis y Otis … Sobre todo a Jimi, que se presenta en sociedad en los Estados Unidos y termina quemando la guitarra en Wild Thing.

RR: Si. Aunque no aparecen en la película, Buddy Miles esta magistral en los “descartes”. Es lo que cualquier baterista querría ser casi cincuenta años después. Escénico, vestido de blanco, con afro y dominador total del Groove y el instrumento.

FCH: Y Bloomfield con arte y sensibilidad.

RR: Caramba.

FCH: Pero siempre volvemos al mismo disco.

RR: Quizás mas tarde, en un notable esfuerzo de producción, escuchamos KIND o Midnight … El segundo lustro de una década inspirada de Miles Davis.

FCH: Que lo parió.

RR: Amén.

 

Riggan y Fernando: Bajar un cambio.

 

RR: Borges decía que podía entrar en un desacuerdo interior en cinco minutos, que podía cambiar una idea por otra y dejar de estar de acuerdo consigo mismo; así como Whitman dijo que “le habitaban multitudes”, metáfora de los distintos puntos de vista que puede permitirse una misma persona.

FCH: Es una practica que bien podría ser un ejercicio de inteligencia, de ética y de convivencia: Ponerse en la acera de enfrente, pronunciarse en la dirección contraria a la propia.

RR: Diluir el desacuerdo, los radicalismos, el odio, el repudio, el asco, la indignación moral de los imbéciles (esto es McLuhan literal), cualquier forma de pensar tiene un oponente que perfectamente podemos emplear nosotros mismos para contemplar los puntos de vista, ya no como enemigos íntimos, si no como dos caras de una misma moneda.

FCH: Además, las ideas extremas y estar plenamente convencido de ellas es … tan primitivo. Es un ejercicio de intolerancia justificada sobre unos valores que perfectamente podría ponerse en duda.

RR: La idea (de) que los aficionados taurinos aman menos a los animales es estúpida e infantil, como si alguien pudiera arrobarse un mayor afecto por las razas vivas y comparar los sentimientos propios con otros francamente desconocidos.

FCH: Toda la liturgia esta construida sobre el respeto y el amor a los animales.

RR: Dudo que exista alguien que sienta mayor ternura por los animales silvestres y los domésticos que yo. Sin embargo convivo, acepto y tolero actividades que, me consta, involucran la muerte (no siempre apacible) de las especies …

FCH: ¿Cómo cuales?

RR: Principalmente la gastronomía. Que es impensable sin el sacrificio de gansos, cerdos, peces y otros mamíferos de considerable tamaño y sistema nervioso sensible. Y no me escondo detrás de la excusa alimentaria porque la gastronomía es el arte del placer y el encuentro, el motivo es comer bien, disfrutar de la artesanía de la cocina, celebrar el encuentro, llenarse copiosamente de alimentos procesados con serias intenciones de gustar.

FCH: Lógicamente no comemos lo justo y necesario para sobrevivir.

RR: Pero mi profundo amor a los animales no contrasta con mi total tolerancia con la gastronomía. Me gusta sentarme y comer bien, aunque no necesite las energías de la comida para sobrevivir y vaya dispuesto a disfrutar de platos que costaron una vida o varias. Asimismo tolero perfectamente la pesca deportiva, la doma del potro, las actividades ganaderas no industriales, incluso la existencia de mascotas como juguetes esclavos genéticamente desarrollados para la compañía, y convenientemente castrados para evitar molestias en casa. Y mas cosas …

FCH: Cada certeza debería contrastarse con otra opuesta sin necesidad de convertir esto en agria discusión, en enfrentamiento físico o en catarsis violenta.

RR: A menos que la indignación y el disenso sean un motivo, una fuerza en si misma, quizás lo mas interesante que esta ocurriendo con una persona, o lo mas profundo en cuanto a llenarse de contenidos aunque sean un extremo perfectamente sensible a la existencia de un campo opuesto en la teoría y en la practica. O una estupidez fundamentada en la desinformación intolerante pero ignorante.

FCH: Seguro. Un vegetariano puede ser aficionado taurino, una cosa es su habito alimentario y otra cosa es su sensibilidad artística, sus costumbres culturales, lo que quiera ver, leer o hacer.

RR: De la misma manera que un vegetariano puede sentarse a comer en la misma mesa que un carnívoro omnívoro.

FCH: La gran nube negra es el animalista bestialista que confronta un amor dulce por los animales con un odio no disimulado por las personas; o aquel que de dice de izquierdas para llenarse de indignación violenta contra los símbolos de un fascismo imaginario y alucinado. O todo lo contrario …

RR: Fui educado en la tolerancia, el feminismo y el socialismo. Sin embargo, cualquiera puede situarse a la izquierda imaginaria de servidor y llamarme reaccionario porque soy de una época y quiero seguir viviendo según las nobles costumbres de mi tiempo. No voy a abrazar cualquier cosa con la excusa de la teórica evolución que implementa el paso del tiempo. Como si no me gustara un estilo arquitectónico.

FCH: Lo mismo pasa con la música y la opinión, un cierto sentimiento de “revancha” cuando se habla bien de tal o cual disco/artista … Como pensando “la tengo mas larga que cualquiera que no se manifieste abiertamente, y con idéntica convicción, por este álbum o artista” … Con mi camiseta negra y mis elogios desmedidos transformo una broma en una militancia.

RR: Parece broma. O tragedia. En los tiempos de internet ya ni se distingue una cosa de la otra.

FCH: En realidad, son rebaños de ratas en Hamelín. Respondiendo al sonido de una flauta de carne que bien harían en probar mas a menudo para calmar los ánimos.

RR: Bajar un cambio.